En este tipo de instalaciones no suele haber paradas más allá de las programadas. Prima la producción y una parada no programada supone en ocasiones miles de euros perdidos en producción.
Además, en prácticamente todos los procesos el calor es la variable más importante a controlar y es entonces cuando la termografía infrarroja se hace indispensable para controlar dicho proceso.
En muchas ocasiones también, las elevadas temperaturas impiden acercarse a tomar datos de dichos procesos o las zonas son inaccesibles o peligrosas.
Con nuestra cámara termográfica Flir T1K, única en el mercado, podemos realizar mediciones de hasta 2.000 ºC. jugando con las lentes de 45º para zonas estrechas y espacios cortos, o con la lente de 12º para grandes distancias. Con este equipo estamos en la vanguardia de las inspecciones termográficas.